Zúrich tiene algo para todos los gustos: los amantes de la ciudad tradicional e histórica sacan partido de su dinero tanto como los que buscan el lujo cosmopolita de la ciudad más grande de Suiza. Hay lugares para los amantes del sol y para los que buscan un lugar sombreado donde descansar. Hay bares y cafés para una parada rápida, restaurantes, parques y plazas donde puedes quedarte mucho tiempo y sentir el pulso de la ciudad.

Zúrich Oeste: moderno y animado

Esta parte de la ciudad, antaño dominada por la industria y las urbanizaciones obreras, es ahora un punto caliente de tiendas pop-up, conceptos gastronómicos innovadores y actividades de ocio que no esperarías encontrar en Zúrich. Puedes llegar cómodamente al barrio en S-Bahn en 3 (!) minutos desde la estación principal o en tranvía en unos 10 minutos. Alternativamente, un paseo por la zona en rápida transformación del lado norte de la estación principal, donde también se encuentra el Museo Nacional, ofrece una magnífica introducción a este punto culminante de Zúrich.

Todo aquel al que le guste el carácter urbano y juvenil de Zúrich se encontrará en Zúrich Oeste: en el jardín de Frau Gerold te esperan decenas de tiendas pop-up con joyas, ropa o accesorios para el hogar, opciones gastronómicas sin complicaciones como bares y food trucks ofrecen platos y bebidas locales e internacionales, y una terraza ofrece una vista directa de los edificios circundantes, así como del funcionamiento casi 24 horas de la cercana estación de tren. Cerca está la Torre Prime, el edificio más alto de Zúrich. El palacio de cristal apenas se percibiría como un pequeño rascacielos en cualquier ciudad brasileña, pero con la mayoría de edificios de seis plantas cerca, la estructura de 36 plantas destaca de forma impresionante en el horizonte. En la última planta hay un restaurante gourmet con una cafetería/bistró con vistas a toda la ciudad. También a pocos pasos, el Josefswiese es un oasis verde donde las familias hacen barbacoas, los jóvenes juegan al frisbee y al bádminton, y los vecinos de toda la vida se reúnen para jugar una partida de petanca francesa. También en esta esquina están los arcos del viaducto, orgullo del desarrollo urbano de los últimos años: bajo las vías del puente ferroviario que atraviesa el centro de Zúrich, decenas de tiendas y restaurantes se han instalado en los antiguos arcos de piedra, ofreciendo cocina de alta calidad, mercado, muebles o ropa. Por último, pero no por ello menos importante, Zúrich Oeste guarda una sorpresa: ¡una ola artificial permite a los aficionados al surf practicar su afición en plena ciudad! Las olas y el sonido del oleaje aportan un toque de vida playera a la ciudad, y merece la pena visitar el lugar aunque sólo sea para tomar un café, donde podrás observar a los surfistas haciendo sus movimientos o a los principiantes haciendo sus todavía torpes intentos.

Puro romanticismo: centro histórico y barco de vapor de camino

En contraste con el moderno Zúrich Oeste, algunos lugares del Casco Antiguo ofrecen todo lo contrario: a cada paso por las callejuelas y plazas de Niederdorf y Oberdorf, así como por el barrio de Lindenhof, que forman la parte principal del Casco Antiguo de Zúrich, experimentas la historia de la centenaria ciudad y estás rodeado de pintorescos edificios que transmiten la sensación de un romántico “tiempo pasado”. Especialmente romántico es el Lindenhof, una plaza arbolada con vistas incomparables del Limmat y del casco antiguo. En la plaza, los jugadores de ajedrez juegan una partida en tableros de un metro, mientras que en un lateral grupos más pequeños toman aperitivos espontáneos y las familias posan para una foto de recuerdo. El Lindenhof está a sólo unos minutos a pie de pequeños patios interiores cerca de la calle comercial Bahnhofstrasse, de los cuales el Zentralhof es probablemente uno de los más dignos de ver, con asientos a la sombra que invitan a quedarse incluso en los días calurosos, ya sea en uno de los pequeños cafés o con un picnic en uno de los bancos públicos. De camino por el casco antiguo, tardamos menos de 10 minutos por el Limmat hasta Bürkliplatz, el punto de (des)embarque para el viaje en barco por el lago de Zúrich. Aquí encontramos la tercera atracción con un giro tradicional. Las familias en particular, pero también los amigos de las antiguas tecnologías de propulsión, esperan con ilusión un viaje en un barco de vapor histórico. Dos de estos impresionantes barcos operan entre Zúrich y Rapperswil, en el extremo oriental del lago de Zúrich. El largo viaje de ida y vuelta dura unas 4 horas y es mejor combinarlo con una comida en el barco. Una alternativa algo más corta es hacer el viaje de vuelta desde la “Ciudad de las Rosas” (Rapperswil) en tren o transporte privado. Además del viaje en barco, hay varios viajes de ida y vuelta más cortos por la cuenca del lago que, con la brisa, proporcionan un cambio refrescante y paisajístico respecto a la estancia en la ciudad.

Refréscate a pesar del calor

Los meses de verano también pueden ser muy calurosos en Zúrich. Las temperaturas de hasta 35 grados no han sido infrecuentes en los últimos años, por lo que las excursiones y actividades en lugares más frescos se han vuelto más atractivas. Uno de ellos nos lleva al Üetliberg, la montaña local de Zúrich. La ascensión a la montaña (también hay una subida a pie, pero se tarda al menos una hora y no hay que subestimar su pendiente) lleva directamente desde la estación principal de ferrocarril, en el centro de Zúrich, a través de barrios residenciales hasta el bosque cercano y a más de 400 metros de altitud en unos 25 minutos. Esta diferencia de altitud es una de las razones de las bajas temperaturas de la montaña, ya que la temperatura desciende alrededor de un grado cada 100 metros. La segunda razón es el denso bosque mixto de coníferas y árboles caducifolios. Muchos de los miles de árboles de Navidad de verdad que se colocan en los salones de los habitantes de Zúrich en Navidad y se decoran con velas de verdad (!) crecen aquí y pueden ser seleccionados y cortados por las familias con sus hijos directamente en el bosque. Una vez en la cima, varias rutas de senderismo y excursionismo se adentran en el bosque y finalmente regresan a Zúrich en tren o a pie. Para disfrutar de las mejores vistas y de una bebida fría, te recomendamos el Uto Kulm, con una torre de observación que ofrece vistas de Zúrich y, en un día claro, incluso de los lejanos Alpes, que están cubiertos de nieve incluso en verano. Una segunda opción para escapar del calor son algunos edificios históricos que tienen un clima agradable y constante, incluso sin refrigeración artificial. Entre ellas se encuentran muchas de las imponentes iglesias, visiblemente desprovistas de adornos para los visitantes de países católicos, con sus macizos ladrillos y sus vidrieras a menudo coloridas. Mención especial merecen el Fraumünster, con sus vidrieras mundialmente famosas de Marc Chagall, la iglesia de San Pedro, con su reloj que es el mayor de una torre en Europa, y el Grossmünster. A estos lugares, que resultan familiares a la mayoría de los zuriqueses, nos gustaría añadir una información privilegiada que Luci, la fundadora de Destination Switzerland, ya ha mostrado a algunos huéspedes asombrados: ¡pertenece a un pequeño grupo de guías que tienen acceso a una llave que conduce bajo las murallas actuales del casco antiguo a lugares que han sido cuidadosamente restaurados y conservados durante las renovaciones de la ciudad! ¿Dónde se encuentra? ¡Lo descubrirás si preguntas por este “lugar secreto” al planificar tu viaje! ?